jueves, 23 de junio de 2011

Inspiración ajena

Una gran amiga escribó algo en lo que seguí pensando, esas historias que se tejen en el café de la manana, esas que quedan escritas y cuando el autor muere, las descubren y las publican, esas donde se ve el final, y es ahí donde nace un nuevo cielo, hilos de amores, pasiones, exitos, nuevos trabajos, sexo, sexo con él, con ella, con nadie, celos, hilos de nada, de gente que no tiene nada más que esperar el día que llegue su muerte, o hilos donde falta tiempo para tejer, donde falta el alimento más lindo del alma, el amor.

Historias que nacen como flores entre cruce de miradas, y desvanecen como humo. Así se siguen tejiendo a cada minuto, quiza no se entiende el por qué de los finales, o de los principios, la respuesta es otra historia.

sábado, 18 de junio de 2011

Regresé

Mucho tiempo sin publicar, pero no de escribir y de maquinar historias, de sentir como el mar de los corazones cambian sus mareas, y como las aguas pueden volverse turbias o calmantes del alma.

Hoy regresé para contar que aquí sigue vivo un corazón, un alma y una historia.